viernes, 15 de abril de 2011

Con este blog, pretendemos dejar constancia de nuestra historia, de nuestro día a día y de nuestros momentos claves de vida servita, para todos vosotros...
Bienvenidos


EL JUEVES SANTO ANTEQUERANO

En Antequera, el Jueves Santo no es cualquiera, es SERVITA. Y porque es SERVITA, el Jueves Santo en Antequera, no es cualquiera.

El Jueves Santo antequerano es una mezcla de sentimientos y de aromas que lo hacen único. Único por el olor a almendra molida que se funde en el convento de las Clarisas de Belén con el del azahar que rezuma en el ambiente y el incienso propio de tan destacada celebración. Único porque la cofradía de los Dolores es única en sí misma, la más antequerana de las antequeranas cofradías de Antequera, con sus majestuosas peanas de carrete, sus veneradas tallas de imagineros antequeranos ilustres como Andrés de Carvajal o Miguel Márquez, su cielo barroco en yeso de la iglesia que protege, manto estrellado, a los tres titulares que procesionan el Jueves Santo en los Servitas de Antequera: el Señor Atado a la Columna, el Cristo del Consuelo y Nuestra Señora de los Dolores Coronada. 

Ya lo dijo el pregonero: “En llegando primavera, a Antequera le cruza un ramalazo de dolor”. Y la máxima expresión de ese dolor por el Hijo que muere se llama DOLORES. Pero, ¿cómo es posible que el amargo Dolor pueda ser a la vez dulce Redención en la mirada de una Madre? No hay sólo un por qué: porque ella es única, porque ella es Reina en el barrio de Santiago, porque ella es refugio de todo un pueblo, porque ella es esperanza en los corazones de todos sus devotos, porque ella prefiere dejarse el puñal clavado para liberar sus manos y así brindarse a todos sus siervos Servitas, a toda su gente, a toda Antequera. Porque ella, ella se llama DOLORES.

El Jueves Santo Servita comienza con los primeros rayos del alba, cuando un agradecido hortelano ofrece su mejor ramo, un manojo de espárragos, a Aquella que a través de la Vega bendice los campos: la Virgen de los Dolores. A partir de ahí hasta Belén llega una marea de devotos y cofrades prestos a volver a ver a los sagrados titulares inquietos ya por la catequesis pública que realizará la cofradía en Estación de Penitencia.